Accuna: "Ser padres es lo mejor que nos ha pasado en la vida"
Aprovechando que el Día de la Madre está a la vuelta de la esquina os traemos una historia de reproducción asistida con un final verdaderamente feliz, como muchos de los que vivimos a diario en Accuna. Sara y su marido, Marcos, estuvieron años intentando tener un hijo. Era lo que siempre habián querido los dos y habían luchado por tener una familia numerosa. Con 36 años ella y él, 40 vieron truncadas sus esperanzas cuando a Sara le comunicaron en su ginécologo que tenía una reserva ovárica baja y que la mejor opción para lograr el embarazo era la donación de óvulos.
«Al principio el diagnóstico me cayó como un jarro de agua fría y me desmoralicé, qué te voy a contar. Había soñado durante mucho tiempo con la carita de mi Inés, el nombre que ya habíamos decidido para nuestra hija, y de pronto te dicen que tienes que recurrir a una donante de óvulos. Es muy duro, la verdad», exclama Sara. Pero Marcos, su marido, se mostó algo más optimista con la valoración y le demostró que lo importante era conseguirlo, daba igual el método, si al final el resultado era tener una preciosa familia.
Así que superado este amargo trago, deciden documentarse por Internet, buscar diferentes clínicas de fertilidad y sondear las que tenían a su alcance para ver cuál les daba más confianza. «Encontramos Accuna, en Alicante, cerca de nuestra casa y enviamos un e-mail, solicitando más información sobre el centro. Lo que nos hizo decidirnos fue que el tratamiento se realizaba de forma íntegra en la clínica, así como la atención personalizada que ya nos dieron desde el principio», explica Marcos con alegría.
Cuando al mes siguiente, después de años de intentos, llegó el esperado día estaban nerviosos, como es natural pero decidieron no pensarlo más y confiar en la tecnología, depositando todas sus esperanzas en ella. Ahora con Marc en camino, piensan que estaban listos y que fue la mejor decisión que pudieron tomar.
«Aquella donante anónima nos dio la vida. Encontramos todo lo que buscábamos y ahora no podemos sentirnos más felices. Aunque por el momento no hayamos conseguido nuestro sueño de tener una familia numerosa, no descartamos la posibilidad de volver a recurrir a la reproducción asistida para tener a nuestra Inés y así completamos la pareja», exclaman Sara y Marcos.
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