Decidir ser mamá en solitario
Quizás te has planteado en los últimos tiempos ser madre pero no tienes pareja o simplemente no quieres tenerla y el deseo de ser mamá se va incrementando con el tiempo.
Debes de saber que hay varios tratamientos que te pueden permitir tu deseo dependiendo de tu edad y de tu historial médico. ¿Quieres saber de qué opciones dispones hoy en día? Éstos podrían ser varios de los tratamientos a los que puedes optar:
IAD (inseminación artificial con semen de donante).
En éste proceso se somete al donante de semen a un exhaustivo control mediante análisis de sangre tales como serologías y estudio genético, un control de la calidad seminal y un examen psicológico. El donante será elegido acorde a las características que más se acoplen a ti tales como grupo sanguíneo y Rh, talla, color de ojos, raza , etc.
Previo a la inseminación, debemos realizar un examen ginecológico, de manera que el especialista podrá determinar si es necesaria alguna prueba adicional para garantizar mejores resultados.
La inseminación artificial es un sencillo procedimiento donde se prepara previamente a la mujer mediante controles ecográficos determinando de esta forma el mejor momento para realizar la inseminación. Justo cuando llega ese momento y ya realizadas todas las pruebas pertinentes además de elegido el donante más acorde, se procede a la inseminación en sí, que no es más que depositar una concentración concreta de espermatozoides en el útero de la mujer. Se realiza en la propia consulta y su duración es aproximadamente de 10-15 minutos. Siempre se aconseja ése día guardar un relativo reposo y evitar las relaciones sexuales. Dos semanas después de la Inseminación Artificial nos realizaremos la tan esperada analítica de la prueba de embarazo (Bhcg), que nos confirmará si hay embarazo.
No hay que frustrarse si a la primera no conseguimos nuestro objetivo de ser madres puesto que en pareja también puede suceder que tardemos un poco en conseguir embarazo.
FIV (fecundación in vitro)
En este caso tenemos dos tipos de FIV, dependiendo si hemos realizar el tratamiento con nuestros propios óvulos o en determinados casos con los de una donante. La decisión de una u otra opción la determinará el especialista basándose en nuestra edad, exploración, antecedentes y pruebas analíticas, y siempre va dirigida a obtener los mejores resultados.
Este proceso es algo más complejo respecto al IAD puesto que necesitamos una preparación hormonal previa.
Si realizamos un FIV con nuestros propios ovocitos será necesario estimular nuestros ovarios hormonalmente, de manera que obtendremos varios óvulos maduros al mismo tiempo, óvulos que serán extraídos cuando el especialista considere que es el momento.
¿Cómo saberlo? Mediante controles ecográficos y controlando en cada uno de ellos la dosis hormonal oportuna que ha de ser administrada.
En el momento en el que nuestro ginecólogo determina que ya es el momento de extraer nuestros óvulos, será programada nuestra punción ovárica para recuperar el mayor número de ovocitos posible y así fecundarlos. Pasados unos días tendremos embriones listos para nuestro propósito, ser madres.
Tenemos la posibilidad de vitrificar los que no sean usados en el primer ciclo de FIV y de esta manera poder dar un futuro hermano al bebe que tengamos o simplemente guardarlos en custodia por si el primer ciclo no resultara satisfactorio.
Por otro lado y como hemos comentado, está la posibilidad de que no podamos hacer uso de nuestros ovocitos por diferentes causas y necesitemos de una donante de óvulos. El proceso será el mismo, con la única diferencia que los ovocitos nos serán donados. Toda donante se somete, al igual que el donante de semen, a rigurosos exámenes de sangre y médicos asegurándonos de esta forma que el futuro bebe será sano.
Adopción de embriones
Este tipo de tratamiento es posible gracias a que muchas parejas que previamente han realizado ciclos de FIV han donado sus embriones para personas o parejas que pudieran necesitarlo.
Este método es sencillo, tan solo requiere de la preparación del endometrio para recibir al embrión. Necesitaremos aplicar una serie de parches que liberarán medicación y unos óvulos vaginales, como hemos dicho, todo ello con el objetivo de que el endometrio esté lo más preparado posible para la llegada del embrión.
Cuando el ginecólogo determine a través de las ecografías pertinentes que el endometrio está preparado, se planificará el día de la transferencia embrionaria. No requiere hospitalización, tan solo guardar algo de reposo ese día. Pasadas dos semanas desde la transferencia del embrión ya podremos realizar la analítica (Bhcg) para saber si estamos embarazadas.
Como ves hoy en día hay todo un abanico de posibilidades para ser madre en solitario. Desde Accuna podemos informarte de cualquiera de estos tratamientos y asesorarte con los mejores especialistas para alcanzar tu sueño, el sueño de ser madre.
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