¿Cuántos intentos se recomienda llevar a cabo en reproducción asistida? ¿Cuándo es el momento de abandonar?
El sistema de reproducción de los seres humanos, comparándolo con otras especies del reino animal, es absurdamente ineficaz.
Además, el retraso de la maternidad, no ayuda a este hecho. La edad es un factor determinante en nuestra fertilidad, la cual cae de manera abrupta en las mujeres a partir de los 35-37 años. Actualmente, en nuestro país estadísticamente se es madre por primera vez a los 32 años aproximadamente convirtiéndose en uno de los países del mundo que más pospone tener hijos. Es lógico pensar en la necesidad de la sociedad por normalizar el acceso, cada vez más habitual, a las técnicas de Reproducción Asistida.
Por suerte, España es uno de los países líderes en Reproducción Asistida y eso tiene magnificas ventajas. Sin embargo, a pesar del increíble conocimiento obtenido y de los gigantescos avances producidos en este campo en los últimos años, es inusual que tengamos éxito en el primer intento. Nuestras expectativas suelen ser muy altas al esperar que, por el hecho de acudir a expertos en este ámbito, nos quedaremos en estado en el primer ciclo que realicemos. Este pensamiento popular no se ajusta en absoluto a la realidad. Pero entonces, si tenemos un primer intento fallido, ¿Cuántos intentos más son necesarios? ¿Existe alguna limitación en el número de intentos en reproducción asistida?
¿Existe alguna limitación en el número de intentos en reproducción asistida?
Aunque no haya un límite legal de intentos, sí encontraremos una serie de recomendaciones según el tratamiento, edad, diagnóstico, riesgo, tratamientos anteriores fallidos y resultados de éstos, probabilidad de embarazo, tasa de éxito acumulada, reserva ovárica óptima, etc. Que nos servirán para tomar la decisión correcta en relación a nuestro caso concreto junto con nuestro equipo médico.
¿Cuántos intentos de inseminación son recomendables antes de cambiar a FIV?
En líneas generales, sin tener en cuenta la particularidad de cada caso, que siempre hay que tenerla presente, con la inseminación artificial se recomienda un máximo de 3 ciclos. La tasa de éxito acumulada no aumenta más allá de la tercera inseminación artificial. Tras éste la probabilidad de embarazo apenas crece, por lo que encaminados ha optimizar los esfuerzos es recomendable cambiar a la fecundación in vitro.
¿Cuántos intentos de Fecundación in vitro son recomendables antes de cambiar de técnica o abandonar?
En la fecundación in vitro no hay tasa de embarazo acumulada y tampoco hay un máximo de intentos recomendado. El límite lo pone la paciente o la contraindicación médica.
La FIV es una técnica con mayor complejidad que la inseminación artificial. No obstante, la probabilidad de embarazo es mayor ya que, en principio, se van a obtener un mayor número de embriones, por tanto mayor probabilidad de conseguir la gestación. Los intentos se contabilizarían por estimulaciones, no por las transferencias de cada uno de los embriones obtenidos al útero materno. En muchas ocasiones, de una estimulación ovárica y un proceso FIV resulta más de un embrión y por tanto se generarán futuras transferencias posteriores de esos embriones que se congelaron mediante vitrificación.
Al realizar la fecundación in vitro en el laboratorio tenemos una gran ventaja frente a la inseminación artificial. Podemos obtener una mayor información respecto al pronóstico reproductivo: calidad fecundante de los gametos (ovocitos y semen), datos sobre el desarrollo de los embriones, su calidad e incluso el fallo de fecundación o la no implantación de los mismos. Además de la posibilidad de analizar los embriones genéticamente mediante DGP / PGT-A, obteniendo una valiosísima información respecto a su viabilidad.
Todo ello nos ayudará a diagnosticar el origen de nuestra esterilidad. Tambuén la conveniencia de abandonar la idea gestacional o cambiar el tratamiento para contar con donación de gametos o adopción de embriones.
¿Cuándo llega el momento de pasar a la donación de óvulos?
La ovodonación puede ser la solución reproductiva cuando se cuenta con una reserva ovárica disminuida que no permite el embarazo con gametos propios. Además se puede indicar tras varios intentos fallidos de fecundación in vitro con ovocitos propios. La transición a la ovodonación no está exenta de dificultades.
El rechazo a corto plazo suele ser la respuesta más común. Es imprescindible realizar un duelo genético e informarse sobre el proceso de selección de las ovodonantes. Y aceptar la recomendación de los expertos y esta nueva posibilidad que se nos plantea hacia la maternidad. En este caso, la confianza en los profesionales que te atienden es imprescindible.
En la actualidad es una de las técnicas de reproducción asistida más habitual y que ofrece una mayor probabilidad de éxito.
Cuándo y porqué abandonar las técnicas de reproducción asistida
Los principales motivos por los que se abandonan los tratamientos de reproducción asistida pueden ser tan infinitos como complejos. Principalmente son los siguientes.
- Imposibilidad médica para conseguir el embarazo. Existen patologías que impiden o contraindican la gestación.
- Peligro hacia la salud de la madre y/o del futuro hijo al tratarse de embarazos de alto riesgo.
- Rechazo a la donación de gametos como alternativa terapéutica.
- Recursos económicos. Desgraciadamente, las técnicas de medicina reproductiva no están al alcance de todos ni económicamente ni emocionalmente.
- Implicación emocional. Una de las principales causas a la que dedicamos las próximas reflexiones:
Emocionalmente, ¿Cuándo ha llegado el momento de abandonar?
Tras el primer intento fallido, nuestras altas e irreales expectativas producen que un porcentaje muy alto de pacientes abandonen antes de conseguir su objetivo. Es lógico pensar que cuantos más intentos realicemos, mayor será la probabilidad de conseguir tener un bebé en casa. El apoyo psicológico es imprescindible incluso antes de comenzar con la reproducción asistida. Una planificación flexible con límites claros sería lo aconsejable ya que no todo se debe reducir al número de intentos. Puesto que hay que tener en cuenta todas las variables que comprometen esta decisión. Debemos plantearnos ciertas preguntas antes de empezar.
- ¿Qué cantidad económica va a ser destinado a este proyecto?
- ¿Voy a realizar descansos? ¿Cuándo realizar éstos?
- ¿Cuáles son las emociones a las que debería prestar atención?
- ¿Qué estrategias voy a utilizar para reducir el estrés generado por el tratamiento?
- ¿Qué conductas son las que me están diciendo a gritos que debo hacer un descanso temporal o definitivo del tratamiento?
- ¿Estoy siendo objetiva con los datos obtenidos y con las sugerencias del equipo médico?
La imposibilidad médica de conseguir el embarazo debemos tenerla siempre presente al igual que el embarazo de alto riesgo por edad avanzada. Cada fracaso o aborto es un duelo y hay que prestarle la debida atención sin recrearnos en el dolor. Cada nuevo intento, probablemente incorpore alguna mejora con respecto al tratamiento anterior lo que aumentará la probabilidad de éxito y volverá de nuevo a emerger esa esperanza que dolorosamente se había disipado en el anterior intento fallido.
La desesperación, frustración, sensación de injusticia, miedo, enfado, ansiedad y profunda tristeza se apoderan de nosotros y conviven diariamente con nuestro anhelado objetivo. Al fin y al cabo, el arte de esperar es una habilidad que no a todos nos han enseñado. Pero, ¿Cuándo llega el momento de abandonar? El momento llega cuando se mantienen conductas emocionales dañinas. No necesariamente significa que abandonemos totalmente nuestro proyecto, sino que nuestro enfoque y conductas deben ser otras más saludables. Probablemente requieran del acompañamiento y aprendizaje de un psicólogo. Sabiendo que un alto porcentaje de pacientes abandona los tratamientos de reproducción asistida debido a la sintomatología asociada a la depresión y ansiedad, ¿por qué no invertir tiempo en prevenirlo?
Ana Paula Cerdán, psicóloga de Accuna.
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