Afrontar los pensamientos negativos cuando se está o se ha estado en Reproducción Asistida
La no consecución de nuestro objetivo, tras realizar un tratamiento de fecundación in vitro (FIV) o cualquier otra técnica de reproducción asistida, puede afectar a muchos ámbitos de nuestra vida. En ese instante es cuando se hace imperativa la necesidad de trabajar en nuestra salud mental. Una parte imprescindible en la que deberíamos trabajar son nuestros pensamientos puesto que ello determinará como nos sentimos y cómo actuamos en cada momento. Epicteto, filósofo griego (año 55-135 d.C), dijo: ‘’No nos afecta lo que nos sucede sino lo que nos decimos sobre lo que sucede’’. Algo más actual es lo que Pau Donés decía en una de sus famosas canciones: ‘’Depende, ¿de qué depende? De según como se mire todo depende.’’
A continuación aclararemos la relación entre pensamiento y emoción. Si nos encontramos por la calle a una conocida y no nos saluda, y eso nos enfurece, probablemente nuestra interpretación haya sido la siguiente: ‘’¿Qué pasa, que tengo que ir yo a saludarle siempre? No es justo. Debería ceder ella algún día.’’ En cambio, si esa situación nos produce indiferencia e incluso ternura, la interpretación podría ser esta: ‘’¡Mírale! Tan despistada como siempre. Pobrecita. Seguro que no lleva las lentillas puestas’’.
Durante un tratamiento de reproducción asistida es posible que tengamos pensamientos como estos: ‘’No voy a poder quedarme embarazada nunca’’, ‘’No puedo más’’, ‘’Ya voy cumpliendo una edad y cada vez es más difícil’’, ‘’¿Y si no logro ser madre nunca?’’, ‘’Nada funciona’’, ‘’Debería haber empezado antes’’, ‘’El universo me está diciendo que no debería ser madre’’, ‘’Todas se embarazan menos yo’’, ‘’Si me quedo en estado mi cuerpo no tendrá la capacidad de formar un bebé sano’’, ‘’Seguro que pasa algo malo’’, … Obviamente este tipo de pensamientos producirán en nosotros emociones como: tristeza, miedo, desesperanza y ansiedad.
Respuestas ante los pensamientos negativos e irracionales
El pensamiento negativo es involuntario, automático, rápido, fuerte y creíble, y por ello, nos dejamos llevar por él, aunque eso suponga triplicar nuestro dolor. Llevamos tanto tiempo siendo esclavos de ciertos pensamientos y de un diálogo interno nocivo que no nos percatamos de la gran capacidad que tenemos para cambiarlos y, por consiguiente, también cambiar nuestras emociones. Podemos elegir qué pensar, pero estamos condicionados por nuestra educación, experiencias y aprendizajes.
En innumerables ocasiones evaluamos lo que nos ocurre desde un razonamiento emocional y no desde un razonamiento lógico basándonos, como harían los científicos, en la observación, las pruebas y los hechos que envuelven las circunstancias. Es bastante común, incluso sin tener un trastorno emocional, cometer ciertos errores de razonamiento como focalización en lo negativo, culpabilizarnos tengamos que ver o no con un resultado negativo, tener un pensamiento dicotómico en el que se utilizan palabras absolutistas (siempre-nunca, perfecto-desastre, …), términos o adjetivos dramáticos y catastróficos, generalizaciones, palabras como debería, tengo que, necesito, seguro, …
Todo ello dificulta una evaluación realista y correcta de los hechos acontecidos o futuros. Fíjate en aquello que piensas que te genera ansiedad. ¿Qué pruebas tienes de que lo que piensas es cierto? ¿Qué probabilidad hay de que lo que piensas sea cierto? ¿Hay otras alternativas y qué porcentaje tiene cada una de ellas? ¿Las palabras que usas son extremistas? ¿Esas palabras se acercan a la realidad o la distorsionan?
Ayudas de apoyo emocional
En determinados momentos, ayuda la distracción de ciertos pensamientos que nos causan malestar, pero seamos sinceros, esto es sólo una solución temporal. Los seres humanos tenemos la capacidad de reflexionar sobre nuestros propios pensamientos, por tanto, tenemos la opción de pensar distinto para cambiar a una emoción que no nos cause dolor, o en su defecto reducir la alta intensidad de éste. Ser consciente de nuestros pensamientos, cuestionarlos y analizarlos con detenimiento conectándolo a los datos objetivos de la situación, transformará el pensamiento negativo en un pensamiento racional y realista.
Cualquier pensamiento se puede cambiar, simplemente hay que darle razones suficientes para que el cambio se produzca. No importa lo fuertes y creíbles que sean o el tiempo que lleven con nosotros. Tenemos la libertad de elegir cómo nos queremos sentir, pero para que el cambio se produzca hay que trabajar en ello diariamente. Cuanto más la practiques, más automáticamente generarás el pensamiento racional ante la situación disparadora y más controlarás tus emociones. Este tipo de pensamientos irracionales, durante el tratamiento de reproducción asistida, nos condiciona a no adherirnos adecuadamente a las indicaciones de los expertos y a abandonar el tratamiento antes de llegar a cumplir nuestro deseo. De hecho, un porcentaje alto de personas abandonan el tratamiento al no saber gestionar sus pensamientos y emociones. Todo esto se podría evitar con la ayuda adecuada, pero es necesario solicitar ésta antes de que se produzcan efectos más adversos.
En terapia, el aprendizaje de esta técnica, tremendamente eficaz, te facilitaría aplicarla a más ámbitos de tu vida mejorando tus interpretaciones y experimentando emociones y conductas más adaptativas. En Accuna disponemos de un equipo de psicólogos que pueden ayudarte a gestionar tu malestar emocional durante todo el tratamiento de reproducción asistida. ¡Infórmate sin compromiso!
Ana Paula Cerdán, psicóloga de Accuna.
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