Embriones frescos o congelados
El fin último de las terapias de medicina reproductiva, es el de poder obtener un embrión viable que pueda culminar en un recién nacido sano y así satisfacer el deseo de tener un hijo.
Pero, los pacientes por lo general, se plantean la gran duda:
¿embriones frescos o congelados?
Cuando una paciente se somete a un procedimiento de medicina reproductiva, es común que se obtengan más de 1 embrión. Si bien se transfieren en fresco o en un ciclo diferido, los embriones no transferidos deben de ser preservados, y hoy en día la técnica para lograrlo es la criopreservación.
Con esta moderna técnica, se congelan los embriones el día 3 de desarrollo o en etapa de blastocisto entre día 5 y 6 de desarrollo. El fundamento de esta compleja técnica consiste en sustituir el agua del embrión, por sustancias crioprotectoras, y de esta forma se evita la formación de cristales de hielo en su interior.
Hay que resaltar que con este procedimiento, al preservar embriones producto de un ciclo de medicina reproductiva, de no obtener un embarazo o querer otro, se tienen embriones susceptibles de ser transferidos a la paciente sin tener que repetir otro ciclo.
Otra característica de los embriones criopreservados es que tienen prácticamente las mismas tasas de embarazo, que los embriones transferidos en fresco.
Con esta técnica de conservación, se mantienen a los embriones a muy bajas temperaturas (- 196 ºC) durante tiempo indefinido, manteniendo la integridad y calidad que tenían antes de la criopreservación.
Por lo tanto, hoy en día ha quedado demostrado que la técnica de criopreservación embrionaria, es una herramienta que permite, una vez obtenidos los embriones, conservarlos para su futura trasferencia, con la seguridad de que tanto su calidad, como tasa de embarazo, están al mismo nivel que los embriones transferidos en fresco.
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